20 ene ¡Abrázame!

Hace 34 años, el estadounidense Kevin Zaborney creó el Día Internacional del Abrazo con el objetivo de impulsar a la gente a abrazar y ser abrazado y romper, de esta manera, con la falta de afecto que había en la sociedad. Este día se celebró por primera vez en un pueblecito de Michigan, Clio, y se impulsó en los Estados Unidos más tarde a través de una publicación anual que se hacía en el Calendario de eventos Chase y que dirigía el abuelo de Zaborney. Así pues, mañana 21 de enero celebraremos, probablemente, ¡uno de los días más bonitos del año!

Son muchos, sin duda, los beneficios que aporta al ser humano el hecho de ser abrazado o de abrazar. De hecho, desde hace tiempo, abrazar se considera una terapia muy efectiva para conseguir bienestar y sentirse mejor con uno mismo. Así pues, ¡nos aportan beneficios tanto psicológicos como físicos! ¡No tienes excusa! Sabemos que la rutina y el ritmo frenético del día a día, a veces, no nos permite expresar a la gente nuestro efecto, aunque, durante el día existen muchas ocasiones para dar abrazos y hacer sentir mejor a los otros y a nosotros mismos.

Un abrazo, ya desde pequeño, tiene una gran importancia al infante. Y es que son muchos los sentimientos que experimentamos cuando abrazamos. Amor, seguridad, ternura o confianza, por ejemplo, son algunas de las emociones que sentimos cuando mostramos o recibimos efecto. Pero ¿cuáles son los beneficios de los abrazos?

Por un lado, incrementamos con creces la seguridad y la confianza de la persona. ¿Por qué? ¡Es muy sencillo! Cuando abrazamos a alguien sentimos una emoción muy fuerte de apoyo, protección y confianza. Seguro que en algún momento de estrés, de tristeza o nerviosismo has pedido o necesitado un abrazo para sentirte apoyada por alguien y encarar la situación con más fortaleza.

Otra ventaja es que un abrazo nos calma y nos provoca placer. Científicos durante años han afirmado que cuando nos abrazamos liberamos hormonas como la dopamina o la serotonina. Sin duda, son hormonas con un gran poder para tranquilizar y aportar felicidad. Así pues, los sentimientos de enfado, de apatía o tristeza pueden disminuir e, incluso, eliminarse. Además, científicos han afirmado que este acto provoca que la circulación se estimule, incitando de esta manera que la tensión se elimine rápidamente.

¿Sabías que los abrazos también fortalecen el sistema inmunológico? Sí, sí, ¡como lees! Cuando abrazamos nuestro sistema se activa de repente, creando glóbulos blancos. Gracias a este fortalecimiento, conseguimos prevenir enfermedades y mejorar nuestras defensas.

Una investigadora de Carolina del Norte, Karen Grewen, afirmo hace unos años que abrazar podía mejorar el estado de salud de nuestro corazón, ya que el nivel de oxitocina aumenta al abrazarnos, una hormona que aporta muchos beneficios para el corazón y el sistema cardiovascular. Por este motivo, aquellas persones que tienen la presión arterial alta, conseguirán disminuirla.

La demencia es otra de las enfermedades que pueden evitarse gracias a los abrazos. Parece mentira pero abrazar, a menudo, equilibra nuestro sistema nervioso y, por lo tanto, ayuda a reducir las posibilidades de sufrir demencia.

Estos y muchos más beneficios son los que podrás conseguir mostrando efecto y abrazando a los que más quieres. Te guste o no abrazar, es un acto afectuoso que te hará sentir bien a ti y a la otra persona.

¡Abraza y déjate abrazar!