La importancia de dedicar un tiempo especial a solas con cada hijo

El otro día vino una madre con su hija a pintar cerámica a Color It como actividad para pasar un rato a solas con ella, en exclusiva, sin su hermano pequeño. Merendaron, pintaron y la niña estaba absolutamente feliz.

Y nos pareció muy buena idea que, de vez en cuando, podamos reservar un tiempo especial a solas con uno de nuestros hijos, donde puedan tener el 100% de nuestra atención y hagamos una actividad que nos guste a los dos.

Los hermanos, aunque tengan buena relación, siempre compiten por nuestra atención. Se nota en pequeñas cosas como que los dos quieren que los bañe mamá, o ambos quieren sentarse a nuestro lado o piden que el cuento de buenas noches se lea en su cama y no en la del hermano.

Poder pasar un tiempo solos con cada uno de ellos tiene muchos beneficios

– se sienten importantes y reconocidos

fortalece nuestro vínculo y hace que sean conscientes de que siempre pueden contar con vosotros

– se crea una relación más estrecha entre padres e hijos

– les ayuda a tener más confianza en sí mismos

la relación entre los hermanos es más sana y menos competitiva porque ambos tienen cubierta la necesidad de atención en exclusiva por parte de los padres

– nos ayuda a saber mejor lo que piensan y sienten y poderlos ayudar a gestionar los sentimientos o lograr sus objetivos

Para ello, no es necesario invertir demasiado tiempo

En niños más pequeños, unos 10 minutos al día de atención exclusiva puede ser suficiente. Leer un cuento, hacer manualidades o ir a buscarles a las extraescolares y hacer juntos el paseo a casa.

A partir de 7-8 años podéis empezar a hacer planes juntos. Pensar algo que os guste a ambos y pasar un rato de la tarde juntos. La familia que os contamos decidió venir a merendar a Color It y pasar la tarde pintando juntas una pieza de cerámica. Nos pareció muy bonito porque, además, después tendrían el recuerdo de lo que hicieron.

A medida que van creciendo se puede aumentar el tiempo a solas y espaciar la frecuencia. Cuando son ya adolescentes, puede hacerse un día al mes, pero planeado con más detalle.

 

¿Qué te parece la idea? ¿Lo hacéis vosotros en casa? ¿Notáis los efectos? ¡Dejanos un comentario con tu experiencia!